En la primera parte de esta obra, el autor deja fuera cualquier cuestión relativa a la política que se debe seguir, mejor dicho al contenido que se debe dar a la labor política, porque dichas cuestiones no tiene nada que ver con lo que es y lo que significa la política como vocación, para esclarecer: qué se entiende por política y qué es un entidad política. ¿Cuál es el papel que la política juega y cuál la relación existente entre ética y política? La segunda parte aborda la ciencia como vocación, analizando de qué modo se presenta la ciencia hoy en día, como profesión y cuál es la situación de un egresado que decide dedicarse profesionalmente a la ciencia en la propia universidad.
Esta obra se hace más relevante en tiempos actuales donde abundan políticos sin vocación, demagogos dedicados a denostar a la ciencia y la cultura, olvidando el principio de Platón sobre el rey filosofo que plantea la necesidad de unir las virtudes del filósofo con las del hombre de Estado para que sean sabios todos los actos políticos, es decir, que todo pensamiento filosófico esté dirigido hacia fines políticos.