¿Has intentado dejar de fumar o hacer dieta sin éxito? ¿Te has apuntado a un gimnasio y nunca encuentras el momento de acudir? ¿Por más que te lo propongas no consigues ahorrar? Tal vez te digas a ti mismo que tienes poca fuerza de voluntad o que te dejas llevar por la pereza. Pero no es así. Simplemente has desarrollado unos hábitos que no te favorecen. Y puesto que todas y cada una denuestras costumbres definen nuestra salud, productividad y felicidad, es inevitable que te preguntes: ¿se pueden cambiar? La respuesta es sí... si conoces los mecanismos psicológicos y neurológicos que los condicionan.