Si los personajes, los acontecimientos y el espacio son las tres sustancias con que se construye el mundo épico, El Paraíso perdido puede considerarse como una épica realizada a partir del espacio. Porque los hechos y los personajes se subordinan al espacio en que se desarrollan o actúan: el cielo, el infierno y la tierra. Milton sabe manejar y combinar con extraordinaria agilidad estos tres planos o mundos visibles e invisibles que confluyen entre sí y en medio de los cuales se juega la voluntad de Dios y el destino del hombre.