Esta novela, a ratos surrealista, trata sobre la alineación, la burocracia y de la frustración, aparentemente interminable, de un hombre que se opone al sistema, reflejando la incapacidad del ser humano ante fuerzas desconocidas que le sobrepasan y escapan a su control. El protagonista, un hombre conocido sólo como K., llega a trabajar como agrimensor a un pueblo gobernado por un mítico conde que vive en un gran castillo sobre la colina. K. desea establecerse para siempre en ese lugar y ejerce su profesión, pero las dificultades con que tropieza desde un principio son más de las esperadas. Lucha constantemente para acceder a las misteriosas autoridades de ese castillo cuyos propietarios le han contratado para realizar un trabajo del que ni siquiera conoce su naturaleza.