Pocos casos criminales del México reciente son tan conocidos y a la vez mal comprendidos, incluso distorsionados por los medios de comunicación y seudoinvestigadores de las redes, como el ataque de Diego Santoy a la familia Peña Coss, ocurrido el 2 de marzo de 2006, en la colonia Cumbres, de Monterrey. Tras huir y ser capturado, Santoy admitió haber agredido a su exnovia Érika y asesinado a los hermanos de ella, Erik y María Fernanda, solo unos niños, además de secuestrar a Catalina, la empleada doméstica de la familia. Menos de un mes después, Santoy acusó a Érika de ser la asesina de los niños. Su segundo relato fue ampliamente aceptado y produjo otras versiones que acabaron por enturbiar la verdad de forma perdurable. Provisto de información extraviada o nunca asimilada y uniendo las piezas de la historia de forma minuciosa, Javier Munguía propone al lector de El caso Cumbres reexaminar los hechos bajo otra óptica y enfrentarse a un escenario inquietante: una sociedad que da la espalda a las víctimas y se convierte en uno más de sus verdugos.