La obra constituye una visión filosófica sobre el diseño como principio creador aplicado en todos los ámbitos de la vida humana y social. Comienza con una propuesta: considerar al diseño como una tradición cultural independiente de la ciencia y el arte, para lo cual los autores trazan una serie de conceptos que se relacionan con la actividad diseñadora, tales como la intención, la resolución de problemas, el cambio social, los enfoques del diseño o la relación cliente-diseñador. De esta manera la obra propone una nueva forma de abordar el mundo: con motivación diseñadora.