Konstantin Stanislavski, figura fundamental del teatro mundial, revolucionó el arte de la actuación con una trayectoria que comenzó en 1877 como director de una compañía de aficionados en Moscú y alcanzó su apogeo con la fundación del Teatro de Arte de Moscú en 1898, junto a Vladímir Nemírovich-Dánchenko. A lo largo de esas dos décadas, el cambio en sus ideas respecto del arte de actuar fue radical, y su evolución se debió a la constante observación de sí mismo, de sus sentimientos, reacciones y actitudes dentro y fuera del escenario, así como también a la observación de los demás. El arte escénico recoge así el desarrollo evolutivo de las mencionadas ideas de Stanislavski y de sus transformaciones: se trata de una compilación que reúne los treinta capítulos de su texto Sistema y métodos del arte creador, acompañados de los Cinco ensayos de la ópera Werther, de Massenet y de dos apéndices que cierran el volumen: uno dedicado a la ética teatral y el otro al rol que cumplía la improvisación en la producción escénica de Stanislavski. Aunque éste solía rechazar la idea de que sus enseñanzas pudieran reducirse a un sistema rígido, en todos estos textos es posible advertir por qué su enfoque orgánico, centrado en la creación del actor, sigue siendo una fuente inagotable de inspiración para generaciones de artistas teatrales en todo el mundo. Por otro lado, en su introducción crítica, David Magarshack ofrece una exposición y un análisis detallados de las ideas de Stanislavski, explorando las complejas relaciones entre la escuela de actuación conocida como "El Método" y el denominado "Sistema Stanislavski". Por todo lo anterior, esta obra conformada por los textos originales de Stanislavski junto al perspicaz ensayo de Magarshack se ha convertido en un clásico imprescindible para teatros y autores experimentales, no sólo de América Latina sino de toda la escena teatral mundial.