Con Educar sin perder los nervios aprenderás a entender tus emociones y las de tus hijos e hijas en profundidad; saber qué hacer en sus momentos de rabia, enfado y frustración (y en los tuyos); educar con calma y coherencia, incluso en la adversidad; ayudarlos a tener una buena autoestima; saber qué hacer cuando están estresados, agresivos o sienten miedo. En definitiva, enseñarles a vivir disfrutando del camino, con respeto hacia sí mismos y a los otros.