El los albores del siglo XXI, la presencia de las mujeres en las aulas de todos los niveles educativos y especialidades académicas, como alumnas y como profesores, es un indicador de igualdad que nos hace olvidar una larga historia de discriminación.
La educación se presenta como un claro instrumento de control social de género y clase que sirve a la reproducción de las desigualdades pero, también, como un instrumento de liberación que permite a las personas controlar su propio destino.