Dubliners o Gente de Dublín son relatos puntuales de algo que pasa o ha pasado, en un momento determinado; es la descripción de un trozo de tiempo lleno de vida, un fragmento cualquiera. Lo que pasa, sencillamente. Pero en realidad son episodios críticos de la infancia, de la adolescencia, de la familia de escritor y su agente, de la vida pública de Dublín. Cada una de las 15 narraciones que lo conforman devela una historia de frustración: un joven desilusionado, un sacerdote caído en desgracia, el fallido rapto de una joven o la fatalidad de los lazos familiares, la tensión de la pasión contenida, la inevitable diferencia de clases o la renuncia a la felicidad de la pasión contenida, la inevitable diferencia de clases o la renuncia a la felicidad que describe en “Los muertos” (relato con el que termina este libro), lo convierten en uno de los mejores testigos de la vida burguesa de su tiempo y en más de una de estas narraciones muestran el sentir de la sociedad de su patria. Estudia los tipos y caracteres de la gente de Dublín y de cierta manera les atribuye ciertos rasgos generales de la naturaleza humana. Al describirlos asume una posición realista psicológica basada en una observación de las estructuras internas del hombre. La fama del autor surgió a raíz de estas narraciones, las historias iniciales de la colección se centran en los niños como protagonistas, y a medida que el libro avanza paralelamente los protagonistas crecen en edad.
