Un experimentado traductor de obras literarias universales a la variante del otomí que se habla en el Valle del Mezquital, llamada hñähñu por sus hablantes, trabajó con un destacado pintor con las mismas raíces étnicas, para producir una edición trilingüe de una versión infantil del Quijote, con ilustraciones en pencas de maguey. De esta manera el idioma hñähñu se enriquece con la narrativa de Miguel de Cervantes Saavedra, colocando la nueva traducción al lado de la versión castellana y otra en inglés, una tercer lengua para muchos otomíes.