En cada página de este libro está plasmada la vida, la esperanza, la inocencia, la ternura, la paciencia, la inteligencia, la sensibilidad y la valentía de una niña de 13 años, cuyos sueños eran vivir rodeada por el amor de su familia y cobijada por el calor de un hogar seguro; pero como en toda historia siempre hay dos partes y desafortunadamente este sueño no era compartido por Adolfo Hitler, quien soñaba con seres supremos dueños del mundo. El resultado del cruce de estos dos destinos nos dio a la humanidad dos grandes lecciones: la primera es poder observar la barbarie que toda ideología irracional deja y, la segunda es la grandeza de espíritu que puede estar contenido en cada uno de nosotros, así como lo estuvo en el corazón de Ana Frank.
