Para el pequeño Sinclair la vida transcurría en medio de dos mundos, uno era un ambiente protegido de su hogar en donde todo era claro y el pecado no existía. El otro, el mundo tenebroso del que solamente podía tener un atisbo; un sitio oscuro que al mismo tiempo que le atemorizaba, también le atraía.
Pero para que él aprendiera a conciliar ambos mundos, se necesitó que entrara en su vida alguien muy especial. Max Demian, el hijo de una viuda rica, que un día llega a la, escuela de Sinclair y cambia la de éste para siempre.
Los muchachos crecen y su amistad se hace cada vez más fuerte, aunque en ocasiones llegan a separarse por largo tiempo; pero para Sinclair, Demian y la madre de éste, Eva, son una influencia determinante en su existencia.
Este libro nos narra la historia de una gran amistad, y cómo una persona con un profundo misticismo puede significar una gran diferencia en el destino de aquellos que le rodean.