El Decamerón, una de las obras maestras de la literatura universal, está perfectamente construido, y su prosa estableció un modelo que la literatura italiana no ha llegado a superar. En el mayor desastre que haya abrumado a Italia en un milenio, Boccaccio halló valor en sus entrañas para ver la belleza, la bondad y el buen humor recorriendo todavía la tierra. Este libro encierra fermentos y anticipa motivos renacentistas, pero compendia e interpreta, a la luz del arte, los elementos característicos de los últimos tiempos de la Edad Media. Y es, ante todo, la obra de un narrador genial que condensó en ella el fruto de todas sus lecturas y todas sus experiencias de la vida. El Decamerón contiene cien narraciones contadas en diez días por siete mujeres y tres jóvenes. Está, pues, dividido el libro en diez jornadas, y los distintos relatos, aunque autónomos por su carácter y argumento, aparecen rigurosamente ordenados en los bien labrados recuadros de un prestigioso marco.