De profundis es la tercera parte del escrito que Wilde dirigió desde la cárcel a Alfred Douglas. Es la única obra que el poeta escribió en la cárcel, y la última en prosa. La redactó después de madurar mentalmente el tema a fuerza de cavilaciones, escribió el texto con gran fluidez en hojas sueltas que iban quedando depositadas en manos del director del penal, mismas que fueron entregadas integras a Wilde el día de su liberación, éste a su vez las depósito en manos de su amigo Robert Ross, quien la publicaría en 1905, cinco años después de la muerte del poeta, aunque de manera fragmentaria.