Si hay heroísmo en ser consecuente con uno mismo, si el terrible brazo de la sociedad es rápido para castigar, nada lo comprueba como la vida misma de Oscar Wilde (1854-1900). De profundis es un manifiesto artístico escrito en la cárcel. Wilde ha perdido todos sus bienes, su familia, su nombre, pero no solamente escribe un desgarrador reproche sentimental, sino una auténtica acta poética de la modernidad. En la excelencia artística y la versatilidad narrativa de Teleny aprendemos que negar nuestra propia esencia es una tragedia altamente destructiva. Fingir siembra la ruina. Vale más el peligro que la mentira. En esta notable narración encontramos otra de las formas que toma la autoafirmación heroica.