Mariana ansía unos tenis; Toño quiere ver feliz a su mamá; lo que más desea Sofi en el mundo es tener una perrita; Pablo añora ver a su madre de nuevo; Emilia quiere aprender a hacer malabares; y Lucía muere por una fiesta de cumpleaños. Estos personajes tienen anhelos, sueños e historias diferentes, pero hay un elemento que los liga: un billete de doscientos pesos. De manera magistral, Alicia Molina logra unir diez cuentos con diferentes tramas por medio de un objeto cotidiano y sencillo. Estas historias son entrañables y son reflejo de la vida cotidiana.