A través de su obra novelística, Carlos Dickens logró modelar un mundo que coincide con el mundo real, pero que mantiene una coherencia propia; un universo distorsionado por una imaginación extraordinariamente poderosa, poblado por una abigarrada y pintoresca humanidad. Dickens era una especie de portavoz de las clases medias inglesas de su tiempo y un conductor de la moral, así como crítico feroz de los males sociales. David Copperfield, la obra favorita de su creador, es una novela muy importante, entre otras razones, porque sirve de puente a dos concepciones estéticas y sociales del autor. Con ella finaliza un periodo de actividad creadora y se inicia su producción más madura, donde va a plasmar de una manera más personal su visión de la vida. De los muchos temas que propone esta historia puede decirse que el central es el de la orfandad y, muy íntimamente ligado a él, el de la educación sentimental del protagonista, es decir la vigilancia de su "indisciplinado corazón".