¡Qué maravillosa soy y qué importante! Dijo la flor-. ¿Saben que el agua de la laguna, la tierra, el sol, el aire, todos, todos trabajan para que yo exista? ¡Claro!, dijo la mariposa que revoloteaba y con su larga trompa comenzó a beber el néctar de la flor. Luego, se fue volando, iba tan distraída que no se dio cuenta de que una libélula la observaba...