El destino es el lugar al que te llevan tus pasos. Por eso, al no tomar responsabilidad de nuestra propia senda, dejamos el futuro en manos de los dioses, los hados o los planetas. Lo mismo da. Cuando evitamos hacernos cargo, estamos renunciando a nuestra capacidad para diseñar la vida que anhelamos y resignándonos a existir con victimismo, completamente ajenas al hecho de que creamos la realidad a cada instante. En este libro vas a encontrar una propuesta clara: Adueñarte de tu destino. Ponerte en movimiento para llegar a dónde te propongas. ¿Cómo? En realidad, es más sencillo de lo que parece: Te invito a utilizar el simbolismo astrológico como vía de acceso a la psique. Los doce arquetipos zodiacales nos conectan con la sabiduría atávica del inconsciente colectivo, ayudándonos a ampliar la conciencia y eliminar bloqueos. Cuando miramos a las estrellas no estamos haciendo otra cosa que contemplarnos a nosotras mismas, sin filtros ni caretas. Así, al utilizar los símbolos como puerta de entrada a la autoindagación, estamos reconociendo que las respuestas se encuentran dentro y aceptando la llamada de la heroína, sin proyectar nuestro propio poder en fuerzas externas.