Todas las mañanas los periodistas y lingüistas de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) celebran un aquelarre en el que usan como material de combustión para la hoguera los periódicos, la televisión e incluso la web, y ahora también los tuits. En esta reunión el idioma español es el macho cabrío al que veneran e invocan. Por sus dedos y lenguas pasan los deslices, errores, anglicismos, omisiones y expresiones malsonantes o novedosas que el resto de los mortales ajenos al ritual, sobre todo los comunicadores, introducen cada día en los caudales informativos.