¿Tia sentido la impotencia de hallarse frente a un servidor público que obstaculiza todos los caminos y lo orilla a la corrupción? ¿Ha estado en un restaurante, con su familia, sin poder evitar escuchar leperadas y maldiciones de personas cercanas? ¿Ha sido insultado por un conductor enfadado a quien usted jamás intentó agredir? ¿Ha tenido que saludar de mano a alguien que acaba de salir del baño y que evidentemente no se lavó las manos? Estas son algunas de las reflexiones que hallará en este libro. Como limón en la herida le producirá ardor inesperado, risa nerviosa, quizá llanto, pero también le ayudará a sanar...