En el reservado de un selecto restaurante, seis personas se reúnen alrededor de una mesa preparada para siete comensales. Ante el asiento vacío hay un ramillete de romero en memoria de Rosemary Burton, fallecida en aquel mismo escenario un año atrás después de haber ingerido cianuro disuelto en su copa. En aquel momento todo el mundo pensó que se trataba de un suicidio. Hoy ya no. Ahora existen sospechas fundadas de que en realidad Rosemary fue asesinada. Y lo que en un principio parecía una cena organizada en homenaje a la difunta se va a convertir en otra cosa muy distinta. Una peligrosa conmemoración que puede volver a acabar en tragedia cuando, al alzar la copa para brindar en recuerdo de la fallecida, uno de los comensales se desploma en su silla