HE AQUÍ EL INICIO DE UNA CARTA QUE CONSTITUYE LA PIEDRA DE TOQUE Y LA CLAVE DE LA CONCEPCIÓN DEL MUNDO MÁS ANGUSTIOSA Y ATRAYENTE DEL PRESENTE SIGLO. "QUERIDO PADRE: HACE POCO ME PREGUNTASTE POR QUÉ DIGO QUE TE TENGO MIEDO. COMO ES HABITUAL, NO SUPE QUÉ CONTESTARTE; EN PARTE, PORQUE EN LA JUSTIFICACIÓN DE DICHO MIEDO INTERVIENEN DEMASIADOS PORMENORES PARA PODER EXPONERLOS CON UNA ACEPTABLE CONSISTENCIA. Y SÍ, VALIÉNDOME DE ESTA CARTA, PROCURO RESPONDER A TU PREGUNTA POR ESCRITO, LO HARÉ A NO DUDARLO EN FORMA MUY INCOMPLETA, YA QUE, AUN ESCRIBIENDO, EL MIEDO Y SUS EFECTOS ME ATENAZAN CUANDO PIENSO EN TI, Y PORQUE LAS DIMENSIONES DEL TEMA EXCEDEN CON MUCHO LOS LÍMITES DE MI MEMORIA Y DE MI ENTENDIMIENTO."