Héroe por excelencia, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, encarna el prototipo del caballero con las máximas virtudes, fuerte y leal, justo y valiente, prudente y templado, guerrero y culto... A pesar de la distancia que nos separa de su Vida, conocemos bastante sobre su vida y obra. Hay mucho de leyenda en lodo lo que le rodea, pero su figura ha sido estudiada con rigor por grandes especialistas.
Todos los juglares de los siglos posteriores a su muerte contarían en forma de cantares de gesta su vida y sus hazañas, así como también inventarían su leyenda. Ni el mismísimo Cid podía imaginarse la trascendencia de su vida tras su muerte.
El Cantar de Mío Cid es el más antiguo cantar de gesta español del que se tenga conocimiento y el más importante. El tema principal del poema está centrado en el honor del héroe, y la estructura de la obra queda definida con la alternancia de la pérdida y la recuperación de esta honra.
Es, pues, el primer monumento literario de España, y además de esta importancia por su prioridad en la historia tiene valor por su gracia y forma poéticas, por la descripción de los caracteres, la soltura del diálogo y la minuciosidad en la descripción geográfica.