Borís Godunov es, sin duda, la más perfecta y celebre de las obras dramáticas de Pushkin, cuya publicación supuso el fin del clasicismo vigente y transformó radicalmente el teatro en Rusia. Concebida durante uno de sus repetidos destierros, Pushkin fue consciente que sería rechazada y La guardó consigo hasta que finalmente vio la luz, censurada, en 1831. Como su autor esperaba, fue criticada e incomprendida, pero pronto el realismo de Borís Godunov alcanzó el reconocimiento que merecía hasta el punto de ser definida por Máximo Gorki como el mejor drama histórico ruso o inspirar la gran ópera de Músorgski. Borís Godunov retrata con una belleza y profundidad inusitadas la sociedad medieval de la Rusia de fin del siglo XV y principios del XVI a través de la figuran del zar que le da nombre