Ninguna de las obras de Aristóteles ha ejercido una influencia comparable con la de Poética, la cual ha trascendido aun incompleta. Su primer fragmento consiste en una introducción general seguida de un estudio sobre la tragedia y la epopeya, y el segundo, perdido en los anales del tiempo, está dedicado a la comedia y a la música. El concepto aristotélico de poiesis es más vasto que el habitual nuestro de “poesía”, e indica la creación artística en general, la cual, conforme con la tradición realista griega, es concebida como imitación de la realidad sensible. Por lo que respecta a su Retórica, el filósofo la define como la contraparte de la dialéctica. Retórica y dialéctica están, así, estrechamente relacionadas con el saber; ambas se fundan en verdades comunes, pero mientras la segunda expone, la primera persuade o refuta.