El azar es arbitrario y caótico, y al caos, esto es, el orden del desorden, lo apreciamos pero sin respetarlo. ¡Cuán equivocados estamos! Creemos ( o queremos creer ) que la muestra es una realidad rígida, regida por leyes naturales fijas e inmutables, una realidad donde no hay cabida para milagros, donde las cosas son así y san se acabó, despreciamos la superstición y ninguneamos la religión. "Todo es cuantificable" nos repetimos una y otra vez , "todo es lógico y constante, y ha sido dispuesto para que el criterio científico lo estudie, analice y luego concluya que sí o que no, que hay que ver las cosas de esta manera o de aquella otra y nada más". El objetivo final, la meta interior de las literaturas de misterio y terror es conmover, estremecerlos cimientos de nuestra cultura. Esta antología no tiene aspiración mejor que la de convencer al lector de que no es quien cree que es, y que nada es lo que parece.