Ana Karenina es una de las mejores novelas de Tolstoi, una obra de arte de gran perfección estética que no sólo trata la historia sentimental de los personajes centrales, sino también se refiere a los altos estratos sociales de la Rusia de su época, llenos de figuras de la nobleza que vivían en el mejor de los mundos, mientras en el campo los siervos campesinos vivían como auténticos esclavos. Tolstoi fue cronista y crítico de esa sociedad. Con maestría narró todo el cuadro de un instante social y la gama de resplandores en el carácter de los personajes y en la descripción de los escenarios. El campo, el paisaje y los trabajos rurales son reflejados aquí como un poderoso espejo de la tierra rusa, de la cual, al escribir esta novela, Tolstoi está considerado como su mayor exponente.