¿Verdad que los niños formados con el ¡Porque lo mando Yo!. 1 Y 2 crecieron para ser maravillosos? ¿Pero que tan maravillosos son cuando llegan a la adolescencia? La verdad, ¡extraordinarios si los comprendemos y se logra hacer la mezcla justa de autoridad con amor y libertad hasta donde el adolescente pueda manejarla! Y cómo aún en esta etapa prevalecen los conceptos y las reglas que expresó Ricardo Montalbán, se las obsequiamos una vez más. Querido Hijo: Mientras vivas en esta casa, obedecerás las reglas. Cuando tengas tu casa, establecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia... no hice campaña electoral para ser tu padre. Tú no votaste por mi, somos padre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad aterradora. Al aceptar, adquiero la obligación de desempeñar el papel de padre. No soy tu cuate... nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas, pero no somos compañeros: soy tu padre y eso es cien veces más que un cuate. También soy tu amigo, pero estamos en niveles completamente distintos. En esta casa, harás lo que Yo diga, y no debes cuestionarme porque todo lo que yo ordene estará motivado por el amor... te resultará difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo. Mientras tanto confía en mi. Tu Padre El siguiente paso, no muy lejanp, será que los ahora adolescentes comiencen con el primer libro de " Porque lo mando Yo " para sus propios hijos.