De los bienes humanos individuales, la vida tiene jerárquicamente el valor más alto que el Derecho Penal debe, sobre cualquier otro, proteger. Desde el proceso biológico de la concepción hasta la muerte, existen una serie de delitos que pueden atentar contra la vida, como es el caso del homicidio, el parricidío, la eutanasia, el infanticidio y el aborto; o contra la integridad corporal, como bien pueden ser las lesiones, el disparo de arma de fuego y el contagio de enfermedades. En los capítulos que conforman este libro se proporcionan conocimientos de otras disciplinas para estudiar exhaustivamente el repertorio de los distingos comportamientos criminales, además de descripiciones que nos brindan elementos para entender sus coordenadas y el contenido de la política criminal respectiva.
